sábado, 12 de septiembre de 2020

TEATRO DOCUMENTO Y TESTIMONIO EN EL SIGLO XXI: un ensayo-deleite

 

 

El teatro documento (…) continúa haciendo agujeros en la mordaza artística que ha segregado la ideología dominante del capitalismo tardío, mantiene en pie la denuncia contra lo que acostumbramos a entender por el mundo y que procede precisamente del abandono del discurso crítico y analítico.

 César de Vicente

                 Apropiarse de la narrativa, imponer un relato, es un acto de violencia simbólica.

Ana Contreras y Alicia Bla


Cuando le conté de la publicación de este libro diciéndole "he parido",mi amiga Maya Mena, allá en mi Lima lejana, me contestó "has parido felicidad" parafraseando un poema de Mario Benedetti. Y es cierto.

La felicidad de dedicar meses a investigar y comprobar, una vez más, cómo la fascinación del teatro nunca se acaba. Sus reinvenciones a lo largo de la historia han sido y seguirán siendo innumerables. Algo que es tranquilizador recordar en esta época de pandemia y elección de prioridades de nuestr@s gobernantes y también de las personas a título individual.

 Oficio y pasión, el arte es un derecho esencial de todas las personas.El teatro es, ante todo, arte. La belleza, la risa, escuchar y contar historias (de todas las maneras en que el arte sabe y sabrá hacerlo), es algo que nos pertenece como seres humanos. Aprender a mirar de diferentes, de múltiples maneras y elegir la forma de expresar lo que esa mirada nos produce, compartirla con pasión, trabajo y reflexión. Como artistas y como espectadoras y espectadores. No se puede relegar este derecho que no solo consuela o entretiene, también educa, provoca, zarandea el pensamiento y las emociones, es lugar de encuentro y también de confrontación sana y necesaria sin crispaciones de div@s enfrentad@s. Testimonia, recuerda, visibiliza. Nos interroga como seres human@s  y como sociedad.


Teatro documento y testimonio en el siglo XXI, es un ensayo que recoge un modo de hacer teatro desde y hacia la realidad social, que suscita hoy en día la atención de creadores de muchos lugares del mundo. Tras un siglo de existencia, el teatro documento reclama su sitio en los escenarios. En un mundo globalizado, este reclamo se ha convertido en una necesidad: la sociedad y sus artistas hablan a través de un teatro que presenta testimonios de parte recogidos en la calle, en las guerras, en las escuelas, en los medios de comunicación, en los lugares y los cuerpos de la memoria.

En los años veinte del siglo pasado, la revolución del teatro político alumbró esta forma de hacer teatro, con las evidencias de los hechos llevados a escena. En todo este tiempo ha ido adquiriendo diferentes formas, nombres, variantes y formando parte de otras propuestas, desde el teatro del oprimido hasta la performance. El siglo XXI nos ha traído una nueva y fructífera cosecha.

Desde Argentina hasta Ruanda, el teatro documento con su “lente” artística, es hoy en día una de las formas en que las sociedades se cuentan a sí mismas a través del teatro, en todo tipo de escenarios: un teatro convencional, un instituto, un pueblo de los Andes o de la sierra de Granada, una metafórica patera, una fábrica, el centro de una gran ciudad en proceso de gentrificación, un pequeño barrio de Madrid o Berlín.

A través de “contarse”, este modo de hacer busca que las personas de estas sociedades (incluidas todas las que participan en la creación artística) reconozcan y tomen su lugar en la historia, presente y pasada. El teatro, hoy con mayor rigor artístico que nunca, documenta la realidad y sus aristas.

Trabajar en este ensayo me ha enseñado caminos nuevos y nuevas formas de recorrer los caminos que ya estaban allí. Las y los artistas español@s que entrevisté, que conocí, cuyas obras vi: Lucía Miranda de The Cross Border Project, María San Miguel de Proyecto 43-2, Ireneu Tranis, de Mos Maiorum, Fernando Sánchez Cabezudo, Pamela Palenciano, Raúl Quirós, Albert Boronat, Magda Labarga y Laila Ripoll; son un tesoro que necesito compartir. Las reflexiones de este ensayo dialogan con sus obras, de las que parte, las que recorre, e interroga. También parte de obras como Jauría, Zero Responsables, Pendiente de voto, de colectivos como Mujereando, Caídos del cielo y La Rueda Teatro Social.  Por eso mis ganas de compartir este intento de introducción al teatro documento, que comenzó como una tesis de máster: para mí y para quienes no conocen el teatro documento, o lo quieren conocer más. Naturalmente hay mucho más que decir, y por algún lado había que empezar, por eso decidí centrarme en el teatro documento hecho a partir de testimonios, que no es poco. En lo teórico soy deudora de maestras y maestros de todo el mundo, que han reflexionado sobre el tema y, en muchos casos, bastante más allá de lo que he podido y querido, por prudencia, abarcar.

En lo amoroso, en lo que tiene de pasión mi oficio y reflexionar sobre él, soy deudora de mis primeras y primeros maestros de teatro: José Carlos Urteaga y mis compañer@s de Magia Teatro de Grupo, Arturo Valero, Reynaldo D’Amore, Ana Correa, Miguel Rubio y la tribu de Yuyachkani, Roberta Carreri, Eugenio Barba y su tribu odiniana… todo@s imprescindibles e inspirador@s; de mis primeras maestras de teatro documento: Lucía Miranda y María San Miguel, pero también de Andrés Lima, Jordi Casanovas, Roger Bernat y Lola Arias (a quienes no conozco personalmente) con sus obras y reflexiones y, por supuesto, de mi maestro de teatro aplicado, una bomba de entusiasmo, honestidad y generosidad: Tomás Motos Teruel.

 Gracias a la compañía de ellas y ellos, puedo presentar esta reflexión-introducción por mucho tiempo soñada y acariciada.

 


sábado, 11 de julio de 2020

Madrugada en la habitación del bien y del mal

Proletario que mueres de universo,¡en que frenética armonía
acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente
tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana
dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición, a tu enemigo!

César Vallejo en España, aparta de mi este cáliz.


Escribo esto aun sacudiendo la melancolía de mi corazón, de mis ojos, de mí,…para volver a lo que físicamente me rodea. Resistiéndome a soltar el libro de las manos, me levanto con lentitud, por fin lo suelto, lo miro, acaricio su lomo negro y picudo, satinado…con la foto de esa hermosa mujer de abrigo verde-agua tapándose la boca como si no pudiera creer lo que está viendo, a lo mejor arrepentida de no haberse tapado más bien los ojos. Era una promesa cuando abrí con deleite por primera vez el libro, sabedora de que no iba a leer una historia amable, intrigada ante tu fascinación por Aurora Rodríguez Carballeira, pero disfrutando ya de la lectura, hoy que lo he terminado, hace diez minutos, ya lo echo de menos.
Pero mis dedos-mente-corazón, se resisten a dejar caer toda la melancolía, como una adolescente que escucha maniática y masoquista mil veces la canción que la hace llorar por un amor perdido. Sé que la historia vivirá en mis sentidos, a flor de piel, aun durante unos días; para después ocupar el terreno de lo inolvidable que sin embargo se olvida en esos recovecos cerebrales que funcionan como cajones para que un día te preguntes ¿en cuál lo puse? Jueguitos que no investigo que para eso hay especialistas, solo los vivo, los padezco y los disfruto.
Todos los libros de la saga que convirtió a Almudena Grandes en una de mis escritoras favoritas están en algunos de esos cajones (y en una de mis estanterías, libros físicos por favor). Sin embargo, La madre de Frankestein, ha tenido algo más. Creo que nuestra relación escritora-lectora ha llegado a un punto de madurez (tal vez debería decírselo).
Es con esta novela y ahora, cuando he comprendido en mi condición de extranjera y española a la vez, hasta qué punto gracias a ella y su ficción honesta y deslumbrante, que te cuenta siempre sus costuras para que tengas clara la película real que constituye el fondo de sus Episodios de una guerra interminable (emulando a su adorado Galdós), que he aprendido España. Y no, no estoy borrando de un plumazo todas y todas las artistas que ya me han contado estas cosas en sus pinturas, en sus poemas en sus escritos, en sus coreografías en sus obras, en sus narraciones rabiosas, tiernas, nostálgicas, sarcásticas, dulces, irónicas, agresivas…Pero la paciencia, la despaciosidad, la sensualidad (en cuanto a lo que se percibe con los sentidos) con[MA1]  las que Almudena Grandes me ha ido explicando todo su abecedario es lo más parecido a una mentora que he tenido, y eso que ya he tenido, he tenido mentores hombres maravillosos. Ninguna mujer. Y eso para mí, marca una diferencia en la forma de percibir su propia historia de la que escribe y en mí que la leo y que también soy mujer. Con ella he aprendido detalles, giros, momentos, no solo de la historia, sino del carácter de esta España que me acoge desde hace ya muchos años (demasiados, dice mi familia allá, con mi burro peruano en el Perú). De esta España a la que llegué como una chiquilla con ganas de comérmelo todo, de la mano de mi Vallejo y su España, aparta de mi este cáliz, este cáliz que me voy bebiendo enterito… y con las imágenes (y sé que esto no te gustaría tanto Almudena) de Ingrid Bergman y Gary Cooper en Por quién doblan las campanas.
Al leer esta novela he sentido que conversábamos, que te veía, que veía cómo te duele España, tanto como a Cernuda, a Miguel Hernández, como a Lorca, como a Vallejo, como a mi me duele el Perú. Sentí que tú con tu voz de narradora oral, me la estabas contando, a ratos mostrándome orgullosa, los rincones de la alegría que la gente intentaba y muchas veces conseguía guardar, por muchas locas asesinas, psiquiatras trepas, generales de manos rojas de sangre que inunden el país. A ratos arrancándote la piel a pedazos, casi acusando como una niña llorosa ¿te das cuenta? ¿te das cuenta cómo, por qué, desde cuándo?
Y sí. Me doy, me doy cuenta.







martes, 23 de junio de 2020

Sábado en el hemisferio norte, a mis hermanas


Sábado en el hemisferio norte. Este hemisferio norte que ha sido durante tantos años mi cobijo y hoy es también prisión. Hoy sábado de junio, con el verano que hasta ayer asomaba y hoy, ha reventado en todas las ventanas, con ese amarillo luminoso, despiadado y bello como un amante cruel.
A la sombra de mi cielo raso, afanada en asuntos domésticos, preparo para nosotros dos, la cama que hace unos meses conseguimos para recibiros, mis pequeñas enormes hermanas.
Recuerdo aquellos días al tacto de las cosas que entonces eran nuevas. Aquel terrible noviembre en el que supimos con el cuerpo, ya sin remedio con nuestros cuerpos, que habíamos perdido a papá y que esa herida nos iba a sangrar toda la vida; y nos juntamos para sangrar juntas…algo que nunca ha espantado el dolor, pero que sí pudo atraer lo que siempre habíamos tenido: la risa, la carcajada que lleva a las lágrimas y ellas a la carcajada. Y así nos movíamos, desangradas y descarcajadas en nuestro ritual sanador, ese que nadie nos había enseñado. O tal vez sí, tal vez fuiste tú mamá “pequeña gran hermana”, con tu voz cantora de mi infancia, con tus brazos abrazos y tu regazo nido donde esconder un rato la lágrima indiscreta y necesaria. Mientras la hermana mayor, que nunca fui yo, impostora, sino la pequeña enorme, dulce, sabia, hermanita, oh capitana mi capitana, nos acogía a las dos. Y nosotras a ella. Y vosotras a mí y nosotras a ti.
No hubo jamás un héroe griego ni romano ni bárbaro ni inca ni peninsular, que tuviera unas honras tan largas, tan hondas, tan verdaderas, tan nuestras, ni unos corazones destrozados con tantas ganas de latir.
Ahora con corazones encendidos, no avistamos el momento de la piel. Nunca tres mujeres llegaron tan lejos con su abrazo.
Que lejos queda la normalidad, nueva o vieja, tanto da. Nada es normal en un mundo sin él. Y nada es normal en un mundo sin sus sueños de juventud: igualdad y amor para tod@s.
En este hemisferio hacemos amago (hacen) de ir hacia ese pasado que no volverá. Yo lo sé. Mucha, demasiada gente que ha perdido a los suyos, literalmente, porque desaparecieron en una camilla y no los volvieron a ver, no las volvieron a ver, lo saben muy bien.
Libaciones, cánticos, monumentos… no.
Risas, cuidados y palabras de amor. Eso que a tantos y tantas les faltó.
.
Es domingo en las orejas de mi burro. De mi burro peruano en el Perú. Perdonen la tristeza,




jueves, 7 de mayo de 2020

¿Ponemos pausa o seguimos?

Las dos cosas. No hay otra.
Comenzamos hace ya tiempo, cuando se declaró la pandemia y el estado de alarma en España. Montones de artistas o personas vinculadas con las artes de escena, comenzamos a compartir contenidos grabados, en las redes sociales. En todo el mundo. En mi caso, los cuentos que ya tenía en un canal de youtube que normalmente está cerrado , lo uso...lo usaba... para mostrar cuando me lo pedían porque la cuentería, la narración oral, siempre ha necesitado de la otra o el otro, para poder contar una historia. La narración oral es un proceso que se completa con la mirada de otra persona, con ese oído dispuesto para escucharnos y vernos¡ y participar de ese contar de viva voz,  a veces mirándonos gesticular y ver a otra persona traducir la historia a lengua de signos, otras sintiendo las vibraciones de nuestra voz o escuchando sus inflexiones.Al igual que el teatro, es un acontecimiento de convivio. "No se va al teatro a estar solo" dice Jorge Dubatti, pedagogo y filósofo del teatro, y como parte de las artes escénicas, la cuentería participa de esta condición.
Sin embargo ¿cómo convocar el convivio en medio de una pandemia, cuando las condiciones sociales de salubridad exigen el aislamiento?  Imposible. Pero era y es necesario ahora más que nunca: hace falta el colectivo, la sociedad toda, para apoyar la construcción de la resiliencia, aunque el colectivo se represente con una sola persona.
Entonces nos lanzamos a las redes, para seguir buscando esa mirada, aunque en muchos casos no la viéramos, también hubo quien convocó sesiones en directo (y se sigue haciendo), en streaming para pocas personas, en ese caso tenía asegurada la "devolución", al menos por "interpósita "pantalla.. Lo mismo ha ocurrido con funciones de teatro especialmente creadas para esta época (caso de La Abadía o la Sala Cuarta de los Teatros del Canal). Una época en la que no podemos trabajar en nuestros medios naturales: teatros, bibliotecas, centros culturales, escuelas, ...serán los últimos en abrir, nos decíamos,o, en el mejor de los casos, es incierto cuando ocurrirá. Hay que esperar.
Y mientras tanto...qué. Hay opiniones encontradas: "teatro enlatado", "narración enlatada"... probablemente sí, en todo caso diferente, otra cosa.  Pero como artistas luchamos por encontrar esa mirada que nos alimenta: es nuestra resistencia como colectivo, resistencia emocional, porque necesitamos hacerlo para seguir siendo y porque queremos aportar lo que sabemos aun cuando estamos rotos porque somos parte de las cifras de parad@s , en diferentes grados, pero lo somos. Y también por eso somos parte de esta sociedad herida de muerte que necesita de la acción de todos sus ciudadan@s de una u otra manera, para seguir adelante en un mundo en el que nada volverá a ser igual, nosotr@s , artistas de convivio...¿ponemos "pausa"?
Bueno, para muchas y muchos, será tiempo de incubar, leer, dibujar, caminar, de mirar el cielo raso e imaginar. Porque buena parte de nuestra actividad es esa.  Artistas de proceso que somos, un proceso que culmina en el encuentro inmaterial e irrepetible pero que se va gestando mucho antes, con trabajo e ilusión.
Las personas de MANO, la Asociación de Narrador@s Orales de Madrid, a la que pertenezco, convocaron una acción colectiva para el 20 de Marzo, que es el día de la narración oral: video-cuentos a montones en la web y también: cuentos por teléfono.
El 27 de marzo, el Día internacional del teatro. La Unión de Actrices y Actores de Madrid. a la que también pertenezco, pidió que grabáramos leyendo o interpretando un monólogo cortito, una pieza pequeña para celebrar desde "el sofá"de cada un@, pero junt@s.
Y así, pasito a pasito...van apareciendo formas nuevas (no del todo, pero nuevas, en una situación que no tiene precedente en nuestras vidas).

Cuentos para acompañarnos
Esto es lo que ahora hacemos en MANO, por iniciativa y con la coordinación de Elia Tralará y Mar del Rey,  montamos esta acción colectiva e individual; con la colaboración de ONG`s  que conocíamos, como Solidarios para el desarrollo, Cruz Roja, Ikal... luego se fueron sumando otras que nos llamaban para incluir más personas, como Amics de la Gente Grand; contactamos con personas en situación vulnerable, gente sin hogar, personas mayores que viven solas, o las que se quieran apuntar en algunos casos sin ONG detrás. Somos alrededor de treinta narrador@s. L@s llamamos por teléfono y hacemos eso: Cuentos por teléfono, como el maestro Gianni Rodari nos enseñó. Las llamadas conectan a dos personas y la magia sucede en el aire, en el cable, dos voces que se van conociendo y en muchos casos ya no se sabe quien cuenta a quien. El encuentro se produce. Uno sui generis, como aquel de los cuentos de Rodari : el señor Varis, que era viajante de comercio y llamaba a su hija cada noche a las 9 desde dónde estuviera, para contarle un cuento.
Estas hermosuras tiene el oficio.Nos alimentamos mutuamente, nos acompañamos. El hecho artístico ya no es probablemente lo más importante en estas llamadas, pero es lo que posibilita el encuentro, aunque no sea físico; un encuentro se hace posible gracias a nuestro oficio.
Ponemos pausa, pero seguimos.

Mar Amado
Concha Real


Simone Negrín

Elia Tralará
Mar Del Rey





Cristina Mirinda

sábado, 2 de mayo de 2020

Mister Vértigo

Y aunque ya estemos en mayo (2 de mayo, cuando saldremos a la calle por UNA HORA y más si nos ponemos a correr...) esta fue mi publicación del 23 de abril. Día del libro.





"¿Fui feliz al volver a ver al maestro? Pueden apostar su vida a que lo fui. ¿Se aceleró mi corazón de alegría cuando él abrió sus brazos y me asfixió en un largo abrazo? Sí, mi corazón se aceleró de alegría. ¿Lloramos por nuestra buena suerte? Por supuesto que sí. ¿Reímos y lo celebramos bailando cien jigas? Hicimos todo eso y más. "

(Mister Vértigo, de Paul Auster).

Y bailaremos tregua y bailaremos catala en los bares y en los parques y estaremos a nada... a nada...¡A punto de volar! O no...pero podemos empezar a volar ya...aunque tengamos que vernos a dos metros de distancia, nuestras historias rulan ya por el enorme mar de las historias todas...y son pequeñitas...¡pero que alto volamos!

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!

viernes, 1 de mayo de 2020

Bailando en la oscuridad



Hace dos días bailaba salsa en mi terraza, tengo ese privilegio: una terraza desde donde aplaudir y desde donde mirar a la calle cuando no llueve ...y bailar: una de las cosas que más me gusta hacer en la vida. Sin embargo me ocurrió de pronto que se me atravesó "¿cuándo volveremos a reunirnos aquí o en cualquier parte ,a bailar ?¿será que no va a ocurrir?¿cuándo?" Me pudo la tristeza y me apagué como una bailarina de cajita a la que se le acabó la cuerda. Ya no bailaba. Daba vueltas a la terraza como un ratón de laboratorio...fuera , totalmente fuera...del presente. Tardé unos minutos en sentir la música que me reclamaba en ese presente en ese segundo. Como decía mi papá "me eché el alma a la espalda" y ella me lo agradeció, se dejó bailar. Bajó al cuerpo y al presente, unas baldosas rojizas, unas plantas ya que "están que se florecen" con la primavera y un ritmazo de esos que a lxs salserxs nos mueven las caderas sin darnos ni cuenta, a la hora en que el cielo de Madrid se pone a presumir de colores y nos regala atardeceres de escándalo. Y me encendí. Comencé, otra vez, a volar. Aqui y ahora. Es lo que tenemos que hacer. Crear presentes hermosos.
#fluyendo #SiNoSePuedeBailarNoEsMiRevolución #YoMeQuedoEnCasa #AbrazarElInstante #BenditaMúsica

jueves, 30 de abril de 2020

Día del libro infantil y juvenil

 Abril, nos trae estas cosas bonitas.
Hoy es 2 de abril, el Día del libro infantil y juvenil. Y me acomodo en el Nautilus (Veinte mil leguas de viaje submarino) porque bajo el agua se está quietecita y con Nemo una no tiene miedo) (y porque siempre me ha gustado la idea de viajar por mar) para recordar a Jo March (Mujercitas) leyendo en la rama del árbol ,comiendo manzanas (cosa que imité a la perfección en mi casa allá en Talara con 11 años aunque el árbol era pequeño y me caía cada tres páginas),; veo a DÀrtagnan y su adorable jamelgo amarillo y el "tahalí" de oro de Aramís, (repetía  en voz alta muchas veces la palabra "tahalí";) Veo a Phileas Fogg y Pasepartout preparados para cruzar el Canal de Suez ; a Simbad comiéndose los siete mares si quería y a Aladino dentro de la cueva, rodeado de oro y perplejo mirando al genio. Pero también voy más atrás y me veo pequeña, sobrecogida "mirando" como Pinocho se va con esa gente mala, lejos de su papá, y me muero de ternura con el Patito Feo que se siente...aislado, rechazado, solo...y me veo angustiada: ¡Oshta regresa! No le hagas caso al duende que te está engañando...tu mamá te espera!.(esta era una de mis pesadillas, esos cuentos que una quiere y no quiere, pero sobre todo quiere, leer) Y otra vez hacia adelante:¡Alicia no! ¡No te comas el hongo! aléjate de la oruga!!!
En este viaje puedo ver a mi padrino el Flaco Fernando el mejor amigo de mi papá (y el mejor padrino del mundo), que me regaló una colección de ¡¡doce libros doce!!! en mi noveno cumpleaños, que devoré como antes devoraba tebeos... y a mi mamá, siempre mi mamá, contándonos cuentos , de pequeñitos, cuentos que iba inventando sobre la marcha... y buscando libros para darnos de leer.
Conmigo se pasó tres pueblos ¡y como se lo agradezco!










miércoles, 29 de abril de 2020

Largos tiempos inciertos

Tiempos de incertidumbre. Extraño a Saramago y su "Ensayo sobre la Ceguera"...La ceguera que abunda en forma de pánico y días de acaparamiento y mascarillas. Los tontos de siempre aprovechan para cacarear su estupidez y el resto miramos perplejos a través de la ventana.. Saramago hablaba del comportamiento humano en tiempos como estos
Parar, cerrar los ojos y ver. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto . Cuidémonos un@s a otr@s aunque no nos hayan presentado..
Hoy, ya es 29 de abril, estamos a punto de incorporar cachitos de libertad de movimiento, hemos pasado dos meses de encierro para protegernos de la pandemia. Días de encierro, lecturas, series, escritos...todo una cambio de vida que nos conducirá a una "nueva realidad" un antes y un después, incierto. Y yo, que tengo el blog abandonado desde hace un año, es justamente hoy, cuando decido actualizarlo. No puedo contar todo el año 2019,. con sus luces y sus sombras, o tal vez sí, en algún momento. Hoy digo que seguimos aqui y aqui seguiremos. Y hablo en plural porque la importancia del colectivo ha crecido dentro de algunas personas, se ha reafirmado dentro mío. Que así sea. Que de verdad lleguemos a esa "nueva realidad" y que ella sea haber aprendido y desaprendido muchas cosas. Y que sean para bien.